“Recibe un monaguillo por DHL”

Como decía su Ilustrísimo Sr. Don Alfred Hitchcock  “ toda psicosis nos lleva a la paranoia. Y la paranoia, no es buena. No, no es nada buena. No no nooooo”.
Los recortes que sufre la ciudadanía empiezan a hacer mella en las arcas de la iglesia católica: el ciudadano de a píe no tacha la casilla “iglesia” en su declaración de renta, es más, el ciudadano de a pie  no hace la renta; durante las ceremonias  el cepillo recauda poco o nada; no se devota al cirio electrónico. Y para más inri,  ahora el anuncio de pago del IBI de las muchas propiedades de la iglesia. Todos estos etcéteras ponen en jaque a una parte importante del clero. Claro está que cardenales, arzobispos, obispos, vicarios, prefectos y prelados, no han visto mermada su nomina, sin  embargo,  los párrocos  de pueblo y curas de aldea se ven obligados a agudizar su ingenio para poder llegar a fin de mes. La población de Benbibre, sin ir más lejos, organiza Semanas Santas temáticas cada quince días “es una forma de atraer turismo y con él posibilitar un incremento de las limosnas”, apunta el párroco local Don Aniceto Moran. Paralelamente a los actos puramente litúrgicos la parroquia organiza rifas, gincanas al aire libre, chocolate con churros y un largo etcétera de entretenimientos. Durante estos actos, en medio del bullicio, las risas y la algarabía, se crucifica a un voluntario del pueblo, y si no hay voluntarios se sigue el padrón por riguroso orden alfabético.  “Es el momento en que la fiesta alcanza su climax” nos dice entusiasmado D. Aniceto. “Ah! , y luego llevo la discomóvil, que de ahí es donde salen los clientes:  pecados, arrepentimientos y confesiones”. Diyei Sotana, como le llaman en los pueblos de alrededor, no es el único en asumir los recortes con imaginación y creatividad. En Bollullos de la Mitación, pueblecito Sevillano de apenas 9.000 habitantes, el párroco D. Eustasio Vargas, de 93 años, sigue esperando la jubilación y esta no llega, como tampoco llegan voluntarios para ser monaguillos, y él no puede con todo.  En sus plegarias,  así como en las misivas escritas que desde hace algo más de tres años llevaba enviando  a la diócesis de Sevilla, D. Euta, como le conocen en el pueblo, pedía “un monaguillo urgente”. La mañana del martes pasado una furgoneta de DHL, como la iglesia estaba cerrada, dejó una caja en el bar de la plaza que está junto a la iglesia. En la caja de unos 60 cm. de alto por 20 cm. de ancho,  venía una etiqueta: PORTES PAGADOS – Destinatario: D. Eutanasio Vargas, etc. etc. – Remitente: Parroquia Santa Luz –República Dominicana, etc. etc.

To be continued

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