liebre de miedo


... y salió corriendo hacia adrento. O tal vez sería mejor decir que entro deprisa hacía afuera. En fin,  iba muy rápido, tanto que no pude ponerle nombre, ni imagen, ni tan siquiera tuve palabras. 
En un principio creí entender que solo era un pensamiento, un pensamiento liebre.  Mas, ya te digo, al no tener un símbolo con el que verbalizarlo me dije sin decirme será un sentimiento. O tal vez callé porque había dejado de serlo. 
Bueno, la cuestión es que vi mi reflejo en el fondo de aquella superficie cristalina, el agua ya no estaba turbia y el miedo había desaparecido.
Me quede allí sentado, liebre de miedo.

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