#Ceilán vs #Sri Lanka - Part 01


  1. “Ceilán, he llegado a ti por casualidad”. Como un mantra involuntario resuena esta frase  mientras  el avión posa sus ruedas en la pista del aeropuerto Bandaranaike en Colombo. Casualidad, azar,  ... aquí estoy, viendo la ciudad ahí abajo, acercándose salpicada de luces amarillentas a través del gris plomizo de la madrugada.
  2. Tras pasar los tramites de aduanas, visado, permanencia, etc., busco la cinta correspondiente a mi vuelo. A los pocos minutos comienza a girar y empiezan a desfilar bultos, bolsas, maletas. Intento identificar mi mochila, es la primera vez que la plastifico,  tardo en reconocerla, pero ahí está. No sé, soy de esos que convierte en memorable el momento en que distingues tu equipaje entre las decenas de maletas que giran, te abres paso entre la gente, y lo agarras como si ayudaras a salir a alguien de un agujero. Sonrío, y respiro aliviado, y en silencio le pregunto a mi maleta, cómo ha ido el viaje. Todo ocurre de forma fluida y  sorprendentemente rápido: cambio unos euros por rupias, compro una tarjeta sim local, me hago con un folleto publicitario que contiene un mapa de la ciudad,  y sorteo varias murallas de comisionistas para los taxis. Paso al otro lado de la avenida, voy a coger un autobús hasta Colombo, pero … es pronto, no tengo prisa. Busco un tuk tuk, le pido la mitad de lo que el me pide, sonreímos y lo dejamos en la 3ª parte. Como no iremos por la autopista creo que tendremos unos 40 y pico km, algo más de una hora. La conducción es británica en el sentido de la circulación, e india en su manera de crear y sortear el caos.  El conductor lleva una camiseta del Barcelona, con el 10 y el nombre de Messi. Se alegra de que sea español y me hace un guiño con "el problema de Cataluña".  Con una mano en el manillar, mirándome por el espejo retrovisor, y sin soltar su flamante iPhone 7 s,  masticando hoja de betel, me comenta que se llama Sushil, que en hindi significa "gran líder". Se ríe,  "gran lider"  cuando duermo, en casa manda mi mujer y mis dos hijas, y en el tuk tuk los clientes". El vehículo no es nuevo, pero está muy bien cuidado, tapizado en skay rojo,  con decenas postales y  amuletos budistas. Son las 8 de la mañana y estamos a 30º, el cuenta kilómetros marca 70 km/h, pero parece que vayamos a 150, la velocidad mueve un aire caliente.A medida que avanzamos, y nos acercamos a Colombo,  la densidad del trafico toma un protagonismo total. El rugido de los motores de los vehículos,  el claxon de los cientos de motos, coches, tuk tuk, autobuses, camiones, crea ese muro de sonido que se da en muchas avenidas de Calcuta, Bangkok, Ciudad de Mexico, ...  y en la música de Phil Spector. Estoy fascinado.
  3. Más que llegar a  Colombo, diría que el magma de tráfico nos arrastra por entre las avenidas y edificios. Voy asomado a la puerta-ventanilla, sorteando  atascos, esquivando vehículos, adentrándonos en barrios. Desde que he dejado el aeropuerto, me acompaña la sensación de que ya he estado aquí. Ha cambiado,  todo es distinto, de otra manera, quizás la gente?, pero ...  Oigo el oleaje,  siento la proximidad de la jungla, esos edificios y ese jardín: Ceilán. Esa sensación de reencuentro, en otro tiempo, en otra …, me sumerge en un estado de euforia contenida,  en ese mareo que precede a cierto acontecimientos, o   tienes cuando andas por el  pantalán tras unos días en un barco. Hemos llegado, pagó, nos intercambiamos numero de teléfono, un fuerte apretón de manos,  cojo la mochila  y ..  un tanto atolondrado por esa sensación entro en el hospedaje, mientras respiro susurrando Ceilán, Ceilán, Ceilán y todo va armonizando. 
  4. No me sorprende seguir descubriendo que aún quedan espacios en mí que gozan de cierta independencia, territorios indómitos, sin bandera, en los que aún manda aquél adolescente tardío que fui. De cuando cerrar los ojos y  soñar no tenía un propósito, no eran expectativas Espacios que son mundos, forjados con letras y dibujos, imágenes y palabras, inocencia, literatura, fantasía y sueños. Lugares exóticos que permanecen cautivos en la memoria, y en cuya orilla, entre conchas y cantos rodados,  aparecen varados restos desdibujados por la lluvia, el sol, la sal, por las olas del paso del tiempo. Párrafos de libros de aventuras, de novelas de piratas, cascotes de aventuras de Corto Maltés, …. Hasta hoy,  esa parte de mi  ha  preferido seguir llamando Ceilán a la Lagrima de la India..
  5. He llegado aquí por casualidad. Bien es cierto que no he presentado la más mínima resistencia, tan solo he sonreído y me dejado llevar por las circunstancias, estas me han traído aquí. 
  6. No sé nada casi nada de esta isla, y todo lo que creía saber de lo había ficcionado a través de mis lecturas juveniles. Se que aquí estuvieron  y sucumbieron a sus encantos piratas de todas la latitudes, aventureros, príncipes árabes e hindús, todos los grandes marineros: chinos, sumerios, griegos, portugueses, holandeses, etc.,  comerciantes y guerreros, náufragos, saqueadores  y bandidos; y los que no estuvieron contaron que habían estado. Se que cuando llueve, durante el monzón, llueve mucho; se que Leonard Wolf, antes de regresar a Inglaterra y casarse con Virginia, estuvo aquí matando el tiempo como funcionario de su majestad, y entre partida y partida escribió Villa en la Jungla y alguna otra cosa más; también se que mi amado DH Laurence vino aquí huyendo de la moral y la paranoia inglesa, dando buena cuenta de la ginebra inglesa de la islas en esos días y noches lluviosos; y  se que Neruda residió aquí, y aquí escribió Residencia en la Tierra. Se esto y no sé nada.  Por esto, al llegar a Colombo,  tras dejar las cosas en el alojamiento, me acerco al barrio de Los Jardines de Canela (prefiero no traducirlo), paseando por el Parque Viharamahadevi disfrutando de los fugaces resquicios de sombra, voy buscando entre las edificaciones monumentales que lo circundan, un Palacio:  The National Museum of Natural History. Construido sobre una antigua plantación de canelos,  Jardines de Canela es un barrio exclusivo de Colombo, lleno de palacios, palacetes y grandes mansiones coloniales que hoy sirven a la diplomacia, embajadas, ministerios, etc., e imagino que ayer serian centros de negocio,  las viviendas de la nobleza enviada por los monarcas y  casas de los grandes comerciantes portugueses, holandeses o ingleses. Una vez en el museo, tras pegarme una vuelta,  comienzo a tirar del hilo de la historia, a sabiendas de que esta no deja de ser una versión de lo que habrá ocurrido, y que la mejor manera de conocer el país es recorrerlo muy de cerca, sin prisas. Ya que estoy en esta sala llena de libros,   empezaré por el nombre de la isla …
  7. Los pobladores veddahs, tamiles y cingaleses, a lo largo del tiempo le han ido llamando Lankadweepa, Lankbima o Ilankai y un sin fin de nombres más, finalmente se quedaron con Sri Lanka. En todos estos casos la composición del nombre combinando sanscrito y tamil significa Isla Venerable o Resplandeciente: La Isla Venerable, qué bonito. 
  8. Desde hace miles de años la isla ha tenido un interés sobresaliente para muchos países y culturas. Además de su belleza natural: una orografía suave, de frondosos bosques tropicales cargados de frutas,  infinitas playas de arena clara que bajo el sol aparece como un manto dorado orillando el verde de la selva. Su ubicación en el Indico en la ruta de paso de navegantes,  la convertía en un punto estratégico entre Asía occidental y el sudeste asiático. Puerto de referencia para abastecer a todos los navegantes de alimentos,  de infinidad de frutas tropicales, sal y agua dulce, y por qué no, para comerciar. Aparte de su condición estratégica, Sri Lanka ha sido  el proveedor para el mundo de canela, una excelente pimienta, coral, caucho,  indígo , seda y café.  Más tarde, y hasta la fecha: de té. 
  9. La Isla Resplandeciente, Sri Lanka, ha sido una isla codiciada y deseada, y por ello  en permanente conflicto por los que querían poseerla.   Los prehistóricos pobladores fueron los veddahsen, budistas, pero en  el transcurrir de la historia ha pertenecido a la India, a los chinos, a los árabes, a los portugueses, a los holandeses y a los ingleses, y de seguro a alguno más que no he citado en su merecido olvido. Todos se llevaron casi todo y dejaron vestigios de algo, enfermedades, tics, ademanes, esculturas, templos, palacios, ruinas,  y no mucho más algo.  Ahora, la mayoría de la población de Sri Lanka son cingaleses, algunos tamiles en el norte y unos pocos árabes. He visitado muchos sitios en los que ha ocurrido más o menos lo mismo y, de forma patente, o latente percibes un rencor en los habitantes, hostilidad que ha mutado en desconfianza. Sin embargo en Sri Lanka la gente, es abierta, amable y muy próxima. 
  10. Bueno, estábamos en Sri Lanka, la Isla Venerable, la Isla Resplandeciente, pues bien, los humanos vivimos en la absurda paranoia de creer que nombrar es poseer, y viceversa, razón por la que a los dominadores o “conquistadores” , además de expoliar, violar, saquear, convertir y contaminar, les gusta coronar sus gestas con un nombre. Así, además de los nombres que antes he citado,  los griegos le llamarón Taprobane,  los árabes Serendib, a principios de 1500 llegaron los portugueses, y  en su ocupación le llamaron Ceilao ; más tarde los dominadores ingleses  transcribirían el nombre como Ceilán. La isla de los mil nombres, como también se le ha conocido.


Comentarios

Entradas populares