𝗔𝗠𝗔𝗥𝗘𝗠𝗢𝗦 𝗟𝗔 𝗘𝗦𝗖𝗟𝗔𝗩𝗜𝗧𝗨𝗗: 𝗮𝗻𝗶𝗺𝗮𝗹 𝗱𝗼𝗺𝗲𝘀𝘁𝗶𝗰𝗼.

La persona (homo inscius) hombre, mujer o indefinid@ que, como especie se ha dado en denominar hombre doméstico, borrego y en algunos lugares coloquialmente llamado chucho o hombre bostezo, es un mamífero que solía ser carnívoro, aunque ahora puede ser herbívoro o vegano o morirse de hambre, y que constituye una subespecie del homo sapiens, hoy en practica extinción.

Su tamaño (o talla), su forma y pelaje es muy diverso según edad, raza, continente y posición social. Tiene la practica totalidad de sus sentidos atrofiados tanto el oido, como la vista, el tacto y el buen gusto y, por supuesto, el sentido común. Los medicamentos, la televisión y los medios de comunicación se han encargado de ello. Su longevidad media depende, también, de la raza, el continente en donde ha nacido y de su posición social y, por supuesto, de saber estar callado/a.

En 2019, se estimó que había 7700 millones de individuos de esta especie en el mundo, de este número habría que quitar algo más de un centenar de individuos que son los que se han erigido y se autodenominan amos o élites.

Como anécdota que arroja luz sobre los motivos por los que el homo sapiens dejo de serlo, para convertirse en homo inscius o hombre bostezo, señalar que de estos más de 7.700 millones de individuos de esta especie, el 1 % posee las mismas riquezas que el 99% restante; y dentro de este 1 %, un solo 1% tiene lo mismo que el 99% restante. Tanto numero para decir que el núcleo duro son unas 17 familias, relacionadas por linaje, que se reparte todo el cotarro, todos los recursos, montan y desmontan gobiernos, arruinan economías, crean guerras, hambrunas, pandemias, hacen y deshacen a su antojo. A este 1% se les llama dueños, amos o élites, y podríamos decir que han asumido un rol de supra-especie.

El hombre doméstico proviene de un ancestro o grupo ancestral común, el homo sapiens, especie que aspiraba a ser libre y otras milongas y quimeras varias. El “miedo” como concepto abstracto (miedo a lo inexistente, p.ejm) domesticó a la especie. La televisión, por su parte, se ha encargado de ir extirpando la poca inteligencia que tenia en evolución, y convirtiéndolo en un animal sumiso y agradecido.

El hombre doméstico, también llamado borrego o chucho y los amos o élites han evolucionado inversamente (poder, autoridad, dominación y sumisión), aunque, en apariencia, los borregos comparten entorno, hábitos y estilo de vida de sus amos, por ejemplo dietas ricas en cereales, azucares y almidón; formas de vestir y ostentación de casas y vehículos.

Se sabe que la falta de amor al prójimo, el miedo, la formación o anestesia educativa, la televisión y la alimentación inadecuada, así como el uso de vacunas, antibióticos y medicamentos varios son causa principal del desarrollo de muchas enfermedades, así como del estado catatónico de esta especie y del exterminio de su humanidad crítica y creativa.

Para la involución de la inteligencia de la especie ha sido determinante la transmutación de valores como el Amor, al convertirlo en perfidia; no existe la compasión, hoy el motor de todas nuestras expectativas, como especie, lleva la misma energía: la comparación competitiva, el odio y el egoísmo.

La relación de los amos o élites con los borregos es de poder y dominación. La relación del hombre domestico con sus amos no es la de animal de compañía, como se ha dado en pensar, es una relación "productiva". El hombre domestico o borrego, en términos generales, es un animal de trabajo: produce para los amos. Aunque para garantizar la sumisión y maximizar la productividad de esta relación el amo ha creado otras subespecies como: perros de guardia y custodia, animal de guardia o custodia digital, animales financieros y aseguradoras, chuchos políticos, animales bostezo-funcionarios* (no todos), perros ejecutivos, animales de caza, borregos pastores, prelados u obispos**, camellos o dealers*, etc.

Aclarar que :

*no todos los funcionarios y camellos estarían en esta subespecie.

**los cardenales y resto de casta eclesiástica están en la periferia de las élites.

Los amos aplican educación (castrante y anestésica: exterminio de todo impulso que te autodefina como diferente del resto), miedo y concienciación mediática para mantener un sistema inexistente y para reclutar y formar a los individuos de estas subespecies que les protegen y garantizan el éxito de sus objetivos siguen el principio educativo de acción/reacción: fueron castigados pero, ellos al instante han digerido el deseo de querer castigar igualmente; han sido cazados y, son cazadores al mismo tiempo; sintieron su pobreza y aspiran a empobrecerte, …

Dentro de la involución de la inteligencia de esta especie y su evolución sumitiva (sumisión) el año 2020 supone un hito: nos han colocado el bozal, esperamos la vacuna y que nos implanten un nuevo chip. Lo hacemos sin ladrar, babeando y moviendo la cola.

Querido Nietzche, una transvaloración puramente darwiniana, lejos de la superioridad que nos daba nuestro amor fati, de volar por encima de las normas establecidas, por encima de amos y esbirros. Pues, como tu dijiste: Todo lo que se hace por amor, puede estar por encima del Bien y del Mal.

In the mood for Love querido Sancho, in the mood for Love