fuera de tiesto
bajo
un cielo añildespejado cierro los ojos dejándome acariciar por este sol de las últimas horas de octubre, tan sólo esta brisa es capaz de disipar el odio que siento por los lunes.
Las olas, apenas a diez metros, han abandonado el rugido de estos días
pasados, en su ronroneo de hoy permanece cierta desconfianza, cada movimiento ... se detienen, respiran profundo antes de cada nueva aproximación.
De ellos, de esos días, queda un verde turbio
de luz contenida, algas y basura perfilan la orilla, en el espigón varios cormoranes. Apoyando el baso en el quicio del horizonte sorbo el olor a invierno y a sal mezclados con cerveza. Qué bonito es suspirarle a la brisa. Suspiro y leo lo que la poeta María
Auxiliadora Álvarez ha dicho del libro que tengo en mis manos, "Serán Ceniza" de María Virginia Jaua: "Toda la
atmósfera se halla permeada por una
emanación interior convertida en pensamiento. Cada movimiento del texto se
detiene y respira profundo antes de cada nueva aproximación: invoca al otro, a
lo otro, remonta la interpolación, la intertextualidad, la metapoesía. Rodea su
objeto: lo deja ir, le va delante, se adhiere a él. Busca la unidad. Le
sobreviene un pensar en urgencia de ratificar, en apremio de ser persuadido.
Será tal vez como bien lo pudo sintetizar Alvaro Mutis: “si un día se nos acaba
el amor, nos queda la mente”
¿La mente?, la mente?, dejo de suspirar, hay frases que me afectan más que la cerveza, pero la
orina no perdona. Mientras intento seguir meando fuera de tiesto, escribo en la pared sobre el water del chiringuito “Basta ya de
realidades, queremos promesas”.
Mañana es día de todos los santos. Amen.
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