LA MAR 🌊
Permanecíamos flotando en ese silencio húmedo y un tanto ingrávido que sucede a un despertarse tras follar toda la noche. Entre la sabanas y en nuestros sudores aún quedaba el eco de algún gemido y pedazos de risas. Me había levantado para correr las cortinas y abrir los ventanales. Tras varios días, había dejado de llover y, ahora, entraba la brisa cargada de aroma a ozono, a mar y a sal. El estruendo de ayer, hoy era más bien una respiración profunda, el rumor del oleaje musitaba su hipnótica melodía. Fuera de la cama hacía frío. Tú permanecías tumbada, descifrando esa caligrafía abstracta que dibujan en el techo el reverberar de la luz y las sombras. Ahí de pie, te miré y, sin hablar, pensé - “Estás preciosa, hasta el límite mismo de la irrealidad”. - Con apenas un susurro, dijiste - "Creo que la frase es de Murakami, pero perfectamente podría ser tuya". Sonreí, n o me sorprendió que oyera...